Es que no es posible que te quiera tanto.
Que sueñe con vos de día y de noche.
Que siga riéndome de tus ocurrencias sin cansarme.
Que de sólo pensarte se encienda en mí este fuego,
que me eriza la piel instantáneamente.
Sinceramente hay momentos en que creo
que todo esto es sueño, mi propia fantasía.
Que me volví loca y me inventé esta realidad.
Por suerte, vos piantado, desde tu lado de la cama
me confirmás que todo es cierto.
Que volviste para quedarte.
domingo, 22 de febrero de 2009
Muerte
La muerte nos paraliza.
Nos grita en la cara ¡Efímeros!
Se ríe de nuestra pequeñez.
Y nos recuerda altiva, una vez más,
que no somos dueños de nuestra vida.
Ni siquiera para determinar cuando termina.
Nos grita en la cara ¡Efímeros!
Se ríe de nuestra pequeñez.
Y nos recuerda altiva, una vez más,
que no somos dueños de nuestra vida.
Ni siquiera para determinar cuando termina.
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