La muerte nos paraliza. Nos grita en la cara ¡Efímeros! Se ríe de nuestra pequeñez.
Y nos recuerda altiva, una vez más, que no somos dueños de nuestra vida. Ni siquiera para determinar cuando termina.
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
Anoche estaba donde estoy ahora, acá, en mi casa, en mi habitación, cuando escuché "BAM BAM BAM BAM", no se, 5 o 6 veces "BAM", muy cerca uno del otro, seguidos del grito más solitario, triste y la vez lleno de fuerza, más penoso que oí en mi vida, de un hombre que no quise salir a conocer. Fue muy dramático y no lo sé a ciencia cierta, pero entiendo que alguien fue impiadosamente asesinado exactamente en la esquina de mi casa.
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Anoche estaba donde estoy ahora, acá, en mi casa, en mi habitación, cuando escuché "BAM BAM BAM BAM", no se, 5 o 6 veces "BAM", muy cerca uno del otro, seguidos del grito más solitario, triste y la vez lleno de fuerza, más penoso que oí en mi vida, de un hombre que no quise salir a conocer. Fue muy dramático y no lo sé a ciencia cierta, pero entiendo que alguien fue impiadosamente asesinado exactamente en la esquina de mi casa.
Pero nos envidia...
Saludos!!!
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