La respiración entrecortada,
después de tantos años, todavía me sabe a tumba.
“Ayudame” suplicabas en un hilo de voz,
esa última noche, desde tu agonía.
Juro que hubiese querido
transformarme en pulmón para aliviarte y darte vida.
Pero el destino ya estaba pisando tus talones,
y yo disimulaba mis lágrimas sabiendo que te morías.
Puse música para mentirnos.
No podía escuchar cómo te ahogabas en mis oídos.
La muerte bailaba con vos la última melodía,
mientras yo simulaba que dormía.
A la mañana siguiente
cuando te ví pálida, fría y ya sin vida,
pañuelos, frazadas, abrazos, canciones, café, secretos
desfilaron por mi cabeza para despedirte.
Algunas noches todavía escucho esa respiración
y sueño que estás viva. Me pregunto entonces…
¿Será que a veces venís a cuidarme?
¿Será que en algún lugar todavía respiras?
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2 comentarios:
Yo tambien la extraño!!!
Como para que no se te piante el lagrimón...Cheers, N.
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